8.6.17

Un grito sujeto a una pared. Y sin cabeza

Sobre todo el arte callejero, ese arte efímero que nos da un golpe en los morros durante un tiempo, está realizado para sorprender. No nos muestra condesas desnudas, ni paisajes maravillosos de los Países Bajos. Son gritos, estampas quejosas y llamativas para atraparte unos segundos. Hoy los segundos valen un riñón.

Esta pequeña escultura está en una calle de Londres, esperando que la mires. La han puesto alta para que simplemente la mires. Pues con eso ya es suficiente.

¿Qué quiere decir? Pues lo que tú quieras que diga…., piensa un momento.

Efectivamente, eso es lo que ha querido decir el artista.



Fotografía de Nuria Pérez. Como el lugar era complicado de fotografiar, nos deja dos posibilidades para disfrutar de la escultura.